La reinvención de la industria del consumo y retail comienza a acelerarse más allá de los retos para innovar, distribuir e impulsar la venta y participación de los productos.

Hemos leído en diferentes artículos y para contextos variados de negocio que el mundo ha cambiado radicalmente a partir de la aparición de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, poco a poco vamos descubriendo la formación del nuevo mundo y la nueva normalidad.

La reinvención de la industria del consumo y retail comienza a acelerarse más allá de los retos para innovar, distribuir e impulsar la venta y participación de los productos. El canal de venta electrónico toma mayor preponderancia en la coyuntura del hacinamiento que vivimos como consumidores.  A pesar de ello, tarde o temprano, el consumidor regresará ­–o quizás nunca se ha ido– al punto de venta físico. A la par de estos fenómenos, es importante analizar el imperativo estratégico que exige construir la reputación de las marcas y replantear la importancia que aportan las empresas en nuestra industria.

Por lo anterior, el liderazgo en las empresas será el factor más determinante para mantener el posicionamiento en un mercado nuevo; en el que paulatinamente el consumidor será mucho más crítico y analítico al momento de preferir ciertas marcas y productos. En la actualidad observamos cómo verdades ocultas se revelan afectando la reputación de algunas marcas que se construyeron con base en la mercadotecnia mediática exclusivamente.

Tal como apunta el presidente del Consejo Coordinador Empresaria (CCE), Carlos Salazar Lomelín: “El liderazgo empresarial será mucho más consciente de que sus acciones tienen un impacto en la sociedad, ya no podemos quedarnos con el líder que quiere buscar el retorno sobre la inversión”; por lo que, en adelante los directivos deben complementar su visión con cuatro factores que abordaremos a continuación.

Contribución social

El crecimiento financiero infinito construido por encima del medio ambiente y la falta de transparencia hacia el consumidor se ha agotado. Es y será más valorado por los consumidores y colaboradores responder a la emergencia sanitaria con productos saludables que además ayuden a reducir las emisiones de carbono, aceptando que sus negocios tienen un límite de crecimiento. Como resultado de ello, los grandes corporativos deberán diversificar nuevos negocios que les permitan innovar y generar riqueza.

Economías comunitarias

La globalización ha traído como resultado una brecha económica entre países, cuyas consecuencias sociales son: la marginación, la pobreza y el abandono de comunidades, así como de familias enteras. Los líderes empresariales tendrán como responsabilidad impulsar la integración de economías locales y, las grandes empresas de encontrar mecanismos de inversión, no solo para generar empleos, sino para distribuir la riqueza que generan. La economía especulativa de la bolsa de valores y la intermediación sin valor –comprar barato para vender caro­– son espejismos de crecimiento en el PIB de los países que han llegado al límite. 

Modelos de trabajo

El estrés laboral ha sido un enemigo invisible que inhibe el bienestar de las personas y reduce la productividad de las compañías. El paradigma de trabajar mucho para crecer laboralmente y los trabajos de tiempo completo para aspirar a una mejor remuneración ya no funcionan en la “nueva normalidad”. Trabajar desde casa ha implicado retos para mantener o mejorar la colaboración sin perder productividad y al mismo tiempo nos entrega múltiples beneficios personales como disponer de más tiempo libre, convivir con nuestros seres cercanos y alimentarnos en casa. Cuando haya pasado la pandemia ¿qué nos obligará a regresar a un lugar de trabajo centralizado? Este es el momento para replantear los mecanismos de medición del desempeño, las formas de colaboración y los planes de compensación integral que van más allá del salario y prestaciones a los trabajadores.

Crear ecosistemas

Las organizaciones tendrán que privilegiar los negocios de flujo de efectivo con alianzas colaborativas que garanticen el máximo provecho de cada nodo de la red. Para lograrlo, es importante tener claro nuestra especialidad, es decir, el core de nuestro negocio. Si se trata de un cliente o un proveedor, de un colaborador o un freelance, de un aliado o un socio, lo importante es crear lazos sólidos de intercambio de valor que se mantengan a largo plazo, maduren y se perfeccionen.

Ricardo Guadarrama

Director general y uno de los fundadores de Paxia, empresa de infotecnología especializada en la industria del consumo y retail.